Absceso y fístula anal
El absceso y la fístula anal son frecuentemente las manifestaciones aguda y crónica de un mismo proceso.
¿Qué es un absceso anal?
Es una infección localizada alrededor del ano o del recto que contiene pus en su interior. Se manifiesta por diferentes síntomas tales como dolor en el ano, malestar general, fiebre, escalofríos, inflamación cerca del ano. En ocasiones el absceso se drena espontáneamente y sale pus alrededor del ano o a través del mismo.
¿Qué es una fístula anal?
Es un trayecto (túnel) localizado por debajo de la piel que rodea al ano. Este trayecto tiene habitualmente dos orificios: un orificio externo, ubicado en la piel cercana al ano y otro orificio interno localizado por dentro del ano.
Los síntomas de la fístula son: salida intermitente o frecuente de pus por el orificio externo, molestias o dolor en la región alrededor del ano e irritación. Si además de la fístula anal existe un absceso asociado, los síntomas de fiebre e inflamación se sumarán a los de la fístula.
¿Por qué se producen los abscesos/fístulas anales?
Existen diferentes causas pero la más frecuente es la infección en una de las glándulas que se encuentran cerca del canal anal. Estas glándulas se obstruyen e inflaman y las bacterias en su interior proliferan, dando lugar a la formación de pus (absceso).
Una vez drenado el absceso a través de la piel (de forma espontánea o quirúrgica), puede persistir un trayecto que comunique con el interior del ano/recto dando lugar a la fístula perianal.
Otras causas de absceso anal son menos frecuentes: infecciones en la piel (forúnculos), traumatismos, enclavamiento de cuerpos extraños, enfermedades de transmisión sexual o tumores.
En nuestra experiencia todos los abscesos van seguidos de una fístula anal.
¿Cuál es el tratamiento del absceso anal?
El tratamiento es quirúrgico y consiste en drenar el absceso: esto implica incidir en la piel cerca del ano y permitir la salida del pus contenido dentro de la cavidad. El uso exclusivo de antibióticos no se considera una alternativa al tratamiento quirúrgico. La cirugía la realizamos con anestesia local y de manera ambulatoria.
Dado que el absceso puede estar ubicado a diferente altura, extensión y profundidad, el tratamiento quirúrgico variará. Se debe identificar el trayecto fistuloso durante el drenaje del absceso, o días después cuando la infección e inflamación hayan remitido, para realizar su tratamiento de manera inmediata.
¿Cómo se trata la fístula anal?
La fístula anal se debe OPERAR SIEMPRE. Localizando el trayecto fistuloso se debe escindir o limpiar totalmente. Los antibióticos solo pueden limitar la extensión o frenar su evolución, pero NO SON NUNCA CURATIVOS.
El tratamiento es quirúrgico y dependerá de muchos factores tales como: localización, sexo del paciente, cirugías anales previas, existencia de trayectos o abscesos asociados, concomitancia de otras patologías como enfermedad inflamatoria intestinal, etc.
La cirugía busca corregir la fístula de la forma más efectiva posible, pero sin poner en riesgo la continencia anal. En nuestra clínica realizamos una fistulotomía (sección de la fístula y puesta a plano) en una sola intervención. Otras técnicas como la utilización de setones (hilo que se coloca a través del trayecto fistuloso), drenajes, colgajo de avance endorrectal (se cubre el orificio fistuloso interno con la pared rectal), inyecciones de sellantes de fibrina a través del orificio fistuloso externo o incluso el empleo de células madre, etc. no han demostrado científicamente una mayor eficacia.
Las fotografías son propiedad del Dr. Tomás J. Paco Buendía y son operaciones reales realizadas por él.