Fisura anal
¿En qué consiste?
Es una pequeña herida o úlcera lineal que aparece en el borde interno del ano. Es una afección frecuente, responsable de dolores intensos, con lesión, que no es otra que una pequeña ulceración superficial frecuentemente situada en el rafe posterior del ano (90% de los casos y alrededor de un 10% en el rafe anterior), dejando a veces, al descubierto las fibras del esfínter interno.
Clínicamente se caracteriza por el DOLOR intenso (la defecación constituye un verdadero martirio con sensación de desgarro) y contractura esfinteriana (el ano se estrecha). La forma de la fisura anal es ovalada en “raqueta”, con una porción ancha hacía la parte externa del ano y la estrecha orientada hacia el interior.
Cuando la fisura se cronifica, sus bordes se van engrosando, la piel externa se eleva y edematiza constituyendo la mal llamada “hemorroide centinela”, puesto que no es una auténtica hemorroide, ya que evoluciona hacia un tipo de “polipo fibroso”, a veces voluminoso, pero siempre benigno.
¿Qué causa la fisura de ano?
Suele comenzar con un desgarro o corte en el recubrimiento cutáneo del conducto anal, por un esfuerzo defecatorio en personas con un episodio de estreñimiento. En otras ocasiones aparece por una causa traumática, diarrea o por enfermedades inflamatorias intestinales. No obstante, un tanto por ciento no despreciable es de causa desconocida.
¿Cuáles son los síntomas de la fisura de ano?
Los síntomas típicos son dolor durante y/o después de la deposición y el sangrado.
La fisura causa dolor y contracción involuntaria (espasmo) del esfínter interno del ano, por lo que no llega suficiente sangre a la zona de la fisura y esta no puede cicatrizar. El dolor y el espasmo son más intensos con la defecación, por lo que el paciente evita ir al baño y se hace aún más estreñido, lo que incrementa todavía más el espasmo del esfínter anal y el dolor. Es decir, se produce un círculo vicioso de espasmo anal y dolor.
¿Cuál es el tratamiento de las fisuras de ano?
El tratamiento consistirá en romper el círculo vicioso espasmo-dolor. Se realiza, siempre con tratamiento quirúrgico. La esfinterotomía interna, o sección quirúrgica de una porción del esfínter anal interno, es considerada por la mayoría como el mejor método para el tratamiento definitivo de la enfermedad. Puede realizarse a través de una pequeña incisión en el borde del ano, bajo anestesia local. En nuestra clínica se efectúa en régimen ambulatorio y no ocasiona problemas para el control de las heces, ya que la intervención se realiza con una afectación mínima y superficial de uno de los dos esfínteres. La cicatrización completa ocurre en unas pocas semanas, pero el dolor desaparece en pocos días.
Si no se trata, su evolución es hacia la formación de un absceso por su infección, y posterior fistulización. Muchos tratamientos alternativos se han propuesto para su tratamiento. Desde la dilatación anal (Recamier, 1.829) que constituía en dilatar el ano metiendo de cuatro a ocho dedos (Lord, 1969) y que tiene como principales inconvenientes las recidivas y la rotura muscular, la incontinencia, etc. por lo que actualmente esta técnica está desprestigiada. También se han utilizado en el pasado las inyecciones de Quinina – Urea al 5%, Nitroglicerina, Anestésicos locales, Botox, etc. Todos con un efecto pasajero y cuyo riesgo más grave es la formación de un abceso subfisuario.
Las fotografías son propiedad del Dr. Tomás J. Paco Buendía y son operaciones reales realizadas por él.