Artículos de prensa

La prensa especializada ha reconocido la experiencia del Dr. Tomás J. Paco Buendía

Las intervenciones quirúrgicas en proctología han tenido clásicamente una mala fama que es preciso desterrar. Clásicamente han sido realizadas bajo anestesia general o epidural con hospitalización de varios días, muy dolorosas y con un postoperatorio prolongado y con malos resultados a largo plazo. Esto ha hecho que los profesionales de la salud hayan desaconsejado durante años las intervenciones quirúrgicas en proctología, reforzando así, los temores del paciente. Esta concepción va en contra de la medicina moderna que intenta detectar precozmente las enfermedades para iniciar tratamientos adecuados y no esperar a que dichas enfermedades se compliquen requiriendo tratamientos más dolorosos y costosos.

Las operaciones tienen hoy otra dimensión por muchas razones, entre ellas, porque los antibióticos han disminuido las posibilidades de infección, la anestesia hace totalmente indolora la intervención, los analgésicos eliminan o disminuyen sustancialmente el dolor postoperatorio, el no realizar suturas evita molestias inmediatas, etc. Ya no hay necesidad de dejar tubos, ni gasas intrarrectales, ni de llevar a cabo curas aparatosas y dolorosas. El tratamiento es tan llevadero o más que el de cualquier otra operación realizada en otra región del organismo.

Hace más de cuarenta años los procedimientos quirúrgicos eran muy molestos, y las operaciones se reservaban para los casos en que ya no se podía hacer otra cosa. Hoy la cirugía se emplea para que todo quede definitivamente curado.

Para que el paciente no supedite su vida a sus hemorroides, fisura o fístula. Si una operación esta bien realizada, el paciente NO vuelve a padecer de esa patología intervenida. Lo cual no quiere decir que no pueda sufrir ninguna otra enfermedad en el ano.